¿Os he contado que me voy a Lisboa unos días? Pues sí, es la cuarta o quinta vez que visito esa ciudad. Tiene gracia la variedad de visitas que la he hecho.
La primera vez fui en tren; creo que era época navideña... Tendría yo veintipocos. Cogimos un tren nocturno con transbordo en Valladolid a las 12 de la noche o algo así. Fuimos cinco amigos y entrar en aquel tren fue pasar a otra dimensión. Mucha gente hablaba francés y grupos de jóvenes bebían sentados en los pasillos.
Cuando llegamos a Lisboa eran las 8 de la mañana. Nos quedamos en un albergue y nunca pagamos en el metro. Hace tanto tiempo que las fotos que tengo son solo en papel. Me impresionó la iglesia Do Carmo, sin techo pero con los arcos góticos tan altos y por supuesto el Castillo da Pena de Sintra, al que subimos en un camioneta que nos recogió haciendo autostop. Jeje, tomamos las uvas en el albergue con gente de todo el mundo, cenamos una lata de callos fríos y mucho vino verde.
Otra vez ya fuimos en coche. De esta ni fotos tengo. Era verano y en esta ocasión eramos cuatro amigos decididos a gastar lo menos posible pasándolo lo mejor posible, así que metimos una tienda de campaña para dormir donde cayésemos. El primer día solo llegamos a Zamora; dormimos en la playa de un pantano tras bailar toda la noche en las romería de un pueblo remoto... jeje.. ¡qué viaje! En Oporto pernoctamos en la céntrica pensión Das Nacoes... y al salir de la ciudad decidimos a última hora visitar las bodegas... ¡error! dormimos en un pinar a apenas unos kilometros de la ciudad.. Ayyy. Tardamos cuatro días en llegar a Lisboa. Portugal do pequeñitos, El castillo de San jorge... cuantos sitios bonitos recuerdo.
La vez más reciente ya fuimos con los chiquillos, porque ya existían. Cogimos el avión en Bilbao y en Lisboa alquilamos un coche por una semanita. Hotel de 4 estrellas y restaurantes de pescado fresco y bacalao a la dourada... Nada que ver con las veces anteriores. Esta vez incluimos en las visitas el zoo de Lisboa, me encantó, tan decadente y con unas cabinas voladoras que van por encima de las instalaciones.
También regresamos a Évora, a ver la macabra Capela Dos Ossos (huesos) con su inscripción en la puerta "Nos ossos que aquí estamos pelos vossos esperamos" Mis zagales, encantados, claro.
Total, que esta vez voy a ir a Lisboa en autobús y con una veintena de chavales de 4º ESO...mira tú, nueva experiencia. En fin, que casi se suspende el viaje por falta de profes acompañantes... porque no está pagado, literalmente lo digo. Mucha responsabilidad y poca o ninguna gratificación, ver a los chavales disfrutar, es lo único que da ánimos. A ver si al menos se portan bien y disfrutan de esta fantástica ciudad olvidándose un poco de los botellones...No sé. Ya os contaré.
La primera vez fui en tren; creo que era época navideña... Tendría yo veintipocos. Cogimos un tren nocturno con transbordo en Valladolid a las 12 de la noche o algo así. Fuimos cinco amigos y entrar en aquel tren fue pasar a otra dimensión. Mucha gente hablaba francés y grupos de jóvenes bebían sentados en los pasillos.
| Zoo de Lisboa, 2006 |
Otra vez ya fuimos en coche. De esta ni fotos tengo. Era verano y en esta ocasión eramos cuatro amigos decididos a gastar lo menos posible pasándolo lo mejor posible, así que metimos una tienda de campaña para dormir donde cayésemos. El primer día solo llegamos a Zamora; dormimos en la playa de un pantano tras bailar toda la noche en las romería de un pueblo remoto... jeje.. ¡qué viaje! En Oporto pernoctamos en la céntrica pensión Das Nacoes... y al salir de la ciudad decidimos a última hora visitar las bodegas... ¡error! dormimos en un pinar a apenas unos kilometros de la ciudad.. Ayyy. Tardamos cuatro días en llegar a Lisboa. Portugal do pequeñitos, El castillo de San jorge... cuantos sitios bonitos recuerdo.
| Mi cráneo entre cráneos en Évora. |
También regresamos a Évora, a ver la macabra Capela Dos Ossos (huesos) con su inscripción en la puerta "Nos ossos que aquí estamos pelos vossos esperamos" Mis zagales, encantados, claro.
Total, que esta vez voy a ir a Lisboa en autobús y con una veintena de chavales de 4º ESO...mira tú, nueva experiencia. En fin, que casi se suspende el viaje por falta de profes acompañantes... porque no está pagado, literalmente lo digo. Mucha responsabilidad y poca o ninguna gratificación, ver a los chavales disfrutar, es lo único que da ánimos. A ver si al menos se portan bien y disfrutan de esta fantástica ciudad olvidándose un poco de los botellones...No sé. Ya os contaré.
