lunes, 28 de noviembre de 2011

SOÑANDO

Ya llega la lotería. Otro año que no sé qué hacer, comprar toda la que me ofrezcan, cerrar los ojos al pasar cerca de una administración de idem, seguir mis impulsos y adquirir todos los números que me parecen acertables. Pero es que todos los décimos me gustan, los que no me recuedan los cumpleños, me dan buenas vibraciones porque acaban en 3 o en 9 o en 7... total, que todos contienen cifras maravillosas que abren ventanas a la imaginación. Ya me veo en la pantalla del televisor, bebiendo a morro de una botella de cava "sí, sí un décimo entero.... para tapar agujeros... ¡Feliz Navidad! a todossss"
Estoy convencida de que luego, como todos los años, seré del grupo  Tener-salud-es-lo-importante pero soñar es gratis, y permitir que el destino cambie, aunque sea dejando una minúscula rendija por la que se filtre la suerte para que nos inunde la felicidad es tan importante para el ser humano como el respirar cada día. Si nos quitan los sueños, las ganas de mejorar, la esperanza en ser/estar mejor nos convierten en máquinas de producción.
Sí, ya sé que solo estoy hablando de un simple y mero sorteo de lotería, pero en mi cultura es sinónimo de alegría, hay que ver las colas de gente en la calle a la espera del décimo soñado, hay quevivirlo para saber qué es... puro deseo de mejora.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Si esto es la crisis ¿cómo vivíais antes?

Parece que ahora nos toca vivir en crisis permanente. Pues habrá que acostumbrarse... pero espero que solo sea eso, una crisis económica en la que simplemente no dispongamos de mucho dinero. Para mí es un poco volver a la infancia: cinco hermanos, uniformes heredados, libros de texto pintados, vacaciones en el pueblo... ¡vamos! nada nuevo para una familia de clase media.
Lo que realmente espero es que no sea una crisis de valores ni un retroceso en los derechos civiles o sociales. Por nada del mundo podríamos volver hacia atrás en relación a los derechos adquiridos hasta ahora. Que nos hagan pagar más impuestos, pase, pero que nos roben el derecho al voto, el derecho a informarnos o a expresarnos libremente, el derecho a casarnos o divorciarnos con/de quien queramos, etc. eso sí que no podríamos permitirlo. Hay un límite en las situaciones que no es conveniente pasar. Somos una generación educada en la igualdad, la democracia y el respeto a la libertad, a la mía y a la tuya. Mantengamos los cimientos si no queremos que la casa se venga abajo.
"Si esto es la crisis ¿cómo vivíais antes?" me preguntó una estudiante africana con beca para estudiar en España. Y  le contesté "Pues en lo básico igual, pero con más alegría porque había esperanza"