domingo, 24 de marzo de 2013

Doña Selectividad

Esto de tener hijos es tan... no sé, ¡tan deja vu!
En unos meses, en concreto los días 12, 13 y 14 de junio se realizan las pruebas de la PAU.. "Nadie las llama así, las llaman exámenes de Selectividad", me salta Lw. O sea, que me molesto en archivar en mi escaso espacio libre del cerebro esas siglas y se sigue llamando como hace 30 años... Vaya, pues para una cosa que no ha cambiado. Total que se acercan las  Pruebas de Acceso a la Universidad y noto cómo revivo esos nervios, esa constante referencia a los malditos exámenes, ese antes y después de la Selectividad, ese hito en la vida del españolito medio.
Pero observo que no ha cambiado nada de mi época de estudiante, cuatro nombrecillos y tira millas. Ahora es Primaria, la ESO y el Bachiller, donde antes eran la EGB, el BUP y el COU, lo que demuestra que a Franco le gustaban las siglas amén del poder absoluto. ¡Ah! también han redistribuido los años, dos menos allá, una más acullá... y hala, nuevo sistema... pero esperándote en la lejanía, con el hacha en alto sigue ella, doña Selectividad, decidiendo tu presente y tu futuro.
En fin, para mí, estudiante eterna y de pro, la renombrada PAU (que para eso me lo he aprendido) no representó ningún trauma, básicamente porque en mi carrera tuve otro examen de acceso que era el que importaba... O sea que en Selectividad saqué un Notable (je,je, momento para lucirme), un Notable de 7,5 pero Notable. Sin embargo, conozco personas que queriendo ser médico no sacaron la nota mínima y se vieron obligados a cambiar de sueño, y yo sé que hubieran sido unos excelentes matasanos... sniff.
Mis hijos no saben qué estudiar, se encogen de hombros cuando les pregunto las dos primeras veces y me llaman pesada cuando sigo que sigo con el temita... Dios, ¡qué ansiedad me provocan! y sigo, claro, aveces por separado y otras a pares:
- ¿Pero ni idea? ¿Pero no has descartado al menos las que seguro no harás?¿Pero sabes si en Santander o en Madrid? ¡¡¿¿ Pero cómo puñetas no vais a tener ni zorra idea de lo que queréis seeeeer..!!??
No sé. A lo mejor están esperando ver si pasan la Selectividad, y no quieren frustrarse... o está esperando un hermano qué estudios coge el otro en una pesacadilla que se muerde la cola... no sé, no sé... pero  ¡¡supuro estrés!!
En fin, que tengo unas ganas inmensas de que pase la maldita PAU y de que se decidan... para saber... saber por saber, nada más... y nada menos.

martes, 12 de marzo de 2013

¡Vicenteeeeee!

Hace ya casi una década que nos mudamos a vivir a nuestro actual piso (apartamento, que dicen por las Américas,) exactamente el mismo tiempo que llevo escuchando ese grito rasgando el silencio, noche sí y noche también. Tres veces, tres: "Vicenteeeee, Vicenteeeeee, Vicenteeeeee"
Las primeras veces me quedaba estupefacta cuando en mitad del descanso nocturno esa voz de ultratumba era capaz de despertarme con un sobresalto. Ahora ya ni siquiera me despierta siempre, a veces sí y otras pues, afortunadamente no. ¡Ah! el grito en ocasiones presenta otra variante "Mamaaaaa, Mamaaaaa, Mamaaaa", que también es gritado tres veces y que supongo yo sea referido a la progenitora del vecino.
Pero ¿de qué vecino? Aún no sé si es el de arriba o el de abajo, lo único que tengo claro es que se trata de un varón. Aunque me inclino más a que sea el de abajo ya que el de arriba está casado, vamos que supongo que cohabite con su esposa y, no sé, supongo que ella ya lo habría llevado al psicólogo o al loquero o se hubiera divorciado, porque es bastante incómodo dormir con un señor que grita en mitad de la noche. Total que yo creo que es el  de abajo, un señor ya mayor que vive solo y que a lo mejor ni se ha enterado que llama a Vicente a gritos,o a su madre, siempre tres veces seguidas, mientras duerme.
¿Y quién será Vicente? Tengo una gran curiosidad pero me da reparo preguntarle al susodicho vecino, porque es de esos hombres de pocas palabras... Por ejemplo, yo le saludo: "Buenos días" y él contesta algo del tipo "Sí, pues bueno, bien." Además,  Vicente debe de ser alguien muy especial, muy metido en su subconsciente, en sus sueño, en su descanso... quizás ya difunto. Vamos que si el vecino no me contesta con normalidad a un "buenos días" de toda la vida ¿qué me contestaría si le pregunto por Vicente? metiendome en su intimidad más íntima.... Como mínimo me llamaría metomentodo, aunque es él y Vicente y o a veces su mamaaaaaa  los que se meten en mi descanso nocturno...
 No sé. A lo mejor ese nombre esconde el gran secreto de su vida osueña cada noche con una escena de la guerra civil o un barco que parte a Cuba... No sé, y me temo que no sabré nunca por qué mi vecino, creo que el de abajo, mantiene a Vicente ahí metido en su interior, oculto a la consciencia y solo se le escapa en los sueños, en ese momento de relajación de los sentidos, cuando baja la guardia y es entonces cuando Vicente se mete en mi sueño, o mejor dicho en mi vida consciente que no recuerdo haber soñado con él... de momento.