Está mañana, cuando ha sonado la alarma del móvil y me ha sacado de mis sueños de turno (oye, que siempre me pilla sueña que te sueña) me he dado cuenta de que me dolía el cuello... coño, ¡¡ tortícolis!!
Hacía tiempo, años, que no sentía ese dolor, tanto tiempo que no sabía qué hacer. Me duché haciendo experimentos con mi cuerpo: "si levanto el brazo hasta aquí nada, si giro el cuello así, duele.." y llegué a la conclusión de que lo peor era subir el brazo opuesto más allá del hombro. Salí con cuidado de la ducha y me entró la duda ¿Es mejor hacer ejercicios o inmovilizar la zona? Intenté lo primero pero dolía, así que nada, a evitar el dolor como fuera y punto. Lo único que sé es que va bien el calor y mal la humedad... hombre, que el clima de Canarias me iría de perlas. Pero esto es Santander, así que salí a la calle y había tal niebla que no veía el edificio de enfrente. Cuando llegué a la esquina tenía el pelo húmedo... maldita humedad, lo peor para mi tortícolis.
En el instituto me he pasado la mañana mirando por encima del hombro, recibiendo consejos y echándome "voluntarios" que escribieran por mí en la pizarra. Ya al final de la mañana decidí mirar algo sobre la tortícolis en el ordenador a ver si así se me pasaba. Me siento y ¿qué miro? La etimología de la palabra... como si saber su origen fuera a ayudarme.. en fin que descubrí que, lógicamente, viene del latín ya que "collum" es cuello y "tort-" significa girar, retorcer.. que se documenta por primera vez en español en 1846, pero que en francés apareció en 1532 en un texto del escritor Rabelais, y parece ser que él acuñó el término. De lo que deduzco que el pobre Francois Rabelais debió de padecer mucho de tortícolis para tener que inventarse la palabra.
Total que tocó el timbre. Salí del curro y me volví a casa, sin remedio para mi dolor de cuello pero, oye, con más conocimientos sobre la tortícolis. Y ahora aquí estoy, frente al ordenador, con una postura antinatural, escribiendo esto en vez de mirar de una puñetera vez cómo calmar este retorcimiento del cuello.
Hacía tiempo, años, que no sentía ese dolor, tanto tiempo que no sabía qué hacer. Me duché haciendo experimentos con mi cuerpo: "si levanto el brazo hasta aquí nada, si giro el cuello así, duele.." y llegué a la conclusión de que lo peor era subir el brazo opuesto más allá del hombro. Salí con cuidado de la ducha y me entró la duda ¿Es mejor hacer ejercicios o inmovilizar la zona? Intenté lo primero pero dolía, así que nada, a evitar el dolor como fuera y punto. Lo único que sé es que va bien el calor y mal la humedad... hombre, que el clima de Canarias me iría de perlas. Pero esto es Santander, así que salí a la calle y había tal niebla que no veía el edificio de enfrente. Cuando llegué a la esquina tenía el pelo húmedo... maldita humedad, lo peor para mi tortícolis.
En el instituto me he pasado la mañana mirando por encima del hombro, recibiendo consejos y echándome "voluntarios" que escribieran por mí en la pizarra. Ya al final de la mañana decidí mirar algo sobre la tortícolis en el ordenador a ver si así se me pasaba. Me siento y ¿qué miro? La etimología de la palabra... como si saber su origen fuera a ayudarme.. en fin que descubrí que, lógicamente, viene del latín ya que "collum" es cuello y "tort-" significa girar, retorcer.. que se documenta por primera vez en español en 1846, pero que en francés apareció en 1532 en un texto del escritor Rabelais, y parece ser que él acuñó el término. De lo que deduzco que el pobre Francois Rabelais debió de padecer mucho de tortícolis para tener que inventarse la palabra.
Total que tocó el timbre. Salí del curro y me volví a casa, sin remedio para mi dolor de cuello pero, oye, con más conocimientos sobre la tortícolis. Y ahora aquí estoy, frente al ordenador, con una postura antinatural, escribiendo esto en vez de mirar de una puñetera vez cómo calmar este retorcimiento del cuello.
aprendemos cada día contigo y además podemos deducir mas cosas: los franceses son tres siglos mas flojos que los españoles...hemos padecido durante mas de tres siglos el mismo mal universal sin decir chitón, ni buscarle nombre ni tres pies al gato.
ResponderEliminarBueno, mucho tampoco es que aprendáis conmigo... si os hubiera dado el remedio contra el dolor, pues entonces sí. Vamos, que lo mío es pura teoría y poca práctica...que se me va la fuerza por la boca... palabrería, digamos...Pero te visto ahí ojo avizor con lo de los franceses y su flojera... si es que en España Rabelais no sería Francois sino Paco, Paco, Paco, que ya suena a macho... onde va a pararrr!!
ResponderEliminarEspero que se te haya pasado. Rabelais era un cachondo, por eso se inventaba palabras. Pero mejor una ducha bien caliente y reposo.
ResponderEliminarTú sí que sabes, manols... teoría y práctica... lo del reposo.. chungui lo veo, pero se intentará.
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