miércoles, 27 de agosto de 2014

Lago Malawi

Descansando frente al lago en el Cool Runnings
6:00 a,m, a por el pescado de los barcos que van llegando
Después de chupar polvo por la sabana decidimos cruzar al país vecino Malawi para bañarnos en su gran lago. Tardamos hora y media en cruzar la frontera dando dinero aquí y allá para agilizar trámites (te obligan a hacer un seguro al coche). Como es un país muy estrecho lo recorrimos en cuatro horas llegando al anochecer a Senga Bay, la zona de playa más cercana. Llevabamos la Guía Lonely Planet y aunque, esta vez no habíamos reservado (lo mismo nos tocaba dormir en tienda de campaña) tuvimos suerte y nos dieron dos habitaciones con baño por el módico precio de 35 dólares la habitación. El sitio está bastante bien, con acceso directo a la playa y tumbonas. Lo gracioso es que allí la playa es como el gran aseo de la gente. Llegan, se bañan frotándose con la arena o con jabón, lavan la ropa, o los platos, o limpian el pescado... Por la mañana al salir el sol  todo el pueblo va por la playa a comprar el pescado de los barcos pesqueros que llegan. Van a pie o en bici, con calderos y platos. Compran y se  vuelven a casa o a vender el pescado a otros.
Los pescadores pasan 12 horas cada día en el lago. Aproximadamente salen a las 5 p,m, y regresan a las 5 a,m, Pescan con el método de atraer con luz a los peces y cogerlos con las redes entre cuatro embarcaciones. Es gracioso, uno de los barcos es muy grande, con motor y los otros tres son canoas tradicionales hechas vaciando el interior de un tronco.
Canoas encima de las barcas a punto de salir a pescar en Senga Bay
Entonces por la tarde se suben diez hombres y las tres canoas encima del barco (barca, más bien) grande y se van a todo motor hacia el interior del lago. allí se reparten y empiezan la faena. Las luces que usan son lámparas de parafina que limpian por la mañana y cambian  la camisilla para volver a usarlas. Comimos mucho pescado: chambo, pez tigre... aunque no el utaka, peces pequeñisimos que secan al sol.
Una mañana alquilamos por 40 dólares uno de esos barcos pesqueros (bien limpio ya) y nos fuimos a la isla cercana a bucear un par de horas, nos acompañaron tres lugareños. Vimos peces tropicales de colores azules, amarillos, a rayas... una gozada y de repente llegó un japonés en kayak. Era Ryo, uno de los clientes de nuestro lodge con el que trabamos amistad. Ryo es uno de esos locos que decide recorrer África a su bola hasta que el dinero se le acabe.
Old town de Lilongwe
Con él compartimos algunas Cuchi-cuchi, las supercervezas de 660ml de Malawi y una especie de música que está aprendiendo a tocar con su guitarra....a la que puse nombre: Chiquitita (era mini.)
 A la vuelta pasamos por la capital, Lilongwe. Por lo que vimos, que no fue mucho,es otra capital africana, sin más.
Total que lo pasamos muy bien, aunque se nos hizo muy corto. Lástima que al salir del país nos la montaran en la aduana. Resulta que nos pusieron que íbamos a estar 3 días y estuvimos 4... o sea que a soltar la panoja... Super claro que le dije que 4 (es gratis estar hasta un mes para europeos) pero como no lo comprobé, pues eso: pasen ustedes por aquí y a pagar... 50 dólares. "No vuelvo a este país"- les dije y me salta: "Pero si es muy bonito, hombre, esto es una tontería. Deben volver de vacaciones" Vaya morro que tienen... Porque, a veces se nos olvida, pero esto es África, wakawaka...

lunes, 25 de agosto de 2014

South Luangwa, el mejor parque


Pues definitivamente, tras recorrer una decena de reservas naturales por Zambia, la mejor sin duda, es la de South Luangwa.
Taitana lodge en Nyimba
El Luangwa es un larguísimo río, afluente del Zambeze, y este parque está al sur, a unos 700 kilómetros de Lusaka. Como somos como somos, reservé ese mismo día el Camp y un safarí nocturno, y salimos de casa a las  dos de la tarde. A las seis se nos echó la noche encima, así que tuvimos que dormir por el camino (250 kwachas per room/ 30 euros).Total que caímos en un hotelito muy mono pero con algunos habitantes permanentes: geckos, arañas, mosquitos... ayyy.
Al día siguiente después de tomar el desayuno incluido (té y pan con ¿mantequilla?) salimos de nuevo. Obras por el camino, como siempre, con desviaciones por caminos de cabras y llegamos a Chipata. Con alegría echamos gasolina, comimos en una hamburguesería y compramos en un Spar.
Búfalos en nuetro camino
Tan felices salimos hacia el parque a unos 150 kms. La carretera está genial así que a las 4 llegamos al Wildlife Camp y cuando vamos a recepción nos dicen que nuestro safari nocturno está a punto de salir. Así que nos subimos al jeep a toda leche y.. hala.. pa´l parque (creí que era a las 6, pero era a las 16 horas, uff, por los pelos.) ¡Qué chulada! Es caro el paseíto ($ 75 p.p.) pero es genial. Dura cuatro horas, vimos una manada de unos 300 búfalos, una pareja de leopardos en sus árboles, hienas peleando con un hipopótamo, civetas, elefantes, antílopes... Los rangers los iluminan con potentes focos y cuando vas sin luz puedes oír los ruidos de la sabana.
Al día siguiente madrugamos, desayunamos protegiéndonos de los monos y a las 7 entramos al parque ($25 p.p. todo el día) con nuestro coche.

Lo pasamos bomba. Manadas de leones, cebras, jirafas, babuinos, elefantes comiendo a tu lado, cocodrilos, aguila pescadora... ¡¡increible!!
A las 12 nos volvimos al camp a descansar. Nos bañamos en la piscina mientras veíamos los hipopótamos en el río, repusimos fuerzas y a las 3 volvimos a entrar al parque. Fue aún mejor. Lwendo se bajó para sacra uan foto a un cococdrilo pero "papá, tres leones" Tres no. cuatro leones venían huyendo de una familia de elefantes... ¡qué acojono! Un elefante enorme con las orejas abiertas protegía a los más pequeños, Pero ¿qué hacemos? mirar o huir? Pues huímos pero en la misma dirección de los leones, ellos por los árboles y nosotros por el camino. De repente una leona y los elefantes detras... por dios, písale!
Leona mirando su cena
Pasado un riachuelo nos paramos. Silencio total, demasiado silencio. y  de repente, un rugido de león, que no sabes de donde viene... cerramos ventanillas y esperamos. Pasó el peligro, uff. Como comprenderéis no tenemos fotos, que por cierto todas son con el móvil, jejeje.
Pues eso que es un parque alucinante, de lo mejor del mundo.

Aún antes de irnos dando el último rulo, pudimos ver a un leopardo ahí plantado a unos cinco metros de nosotros, qué cosa más preciosa.
Esa es la foto desde la ventanilla del coche... con el móvil!! Pa la próxima me compro una máquina de esas potentes ¡¡porque habrá próxima!!