viernes, 3 de febrero de 2017

Una semana en Macedonia 2016

En agosto fuimos a una boda a Bítola. Jamás había imaginado ir allí, pero el amor, ese impredecible factor, nos llevó de Santander a Macedonia, con solo una maletita de mano que encajara en las diferentes compañías aéreas. Era verano, así que nos sobró espacio.

Día 1. Viaje.
Skopje está lleno de estatuas
Para llegar a Skopje, la capital de Macedonia tuvimos que primero coger un taxi a la estación de autobús, luego el bus Alsa a Bilbao, luego otro taxi al aeropuerto (28 euros) y allí un vuelo con Norwegian a Barcelona. Pasamos 10 horas en el aeropuerto antes de tomar otro avión a Macedonia con Wizzair. Hacía calor y preferimos no salir y cargar con las maletas, claro, por la ciudad condal. Eran las Olimpiadas, así que vimos el voleyplaya, en pantalla gigante y poco más, ya que las instalaciones eran viejas y hasta para cargar el móvil faltaban enchufes. El agua y la comida, cara y mala, aviso. Por fin, con algo de retraso salió el avión, unas tres horas de vuelo.
Llegamos a Skopje a la una de la mañana, Allí nos esperaban los novios que nos llevaron en taxi al hotel Embassador...Tenían miedo de que nos pasara algo si íbamos solos...¿¿??


Día 2. Skopje-Cañón Makta
Cañon Matka Hotel y ermita al fondo
Desayunamos de buffet, decentemente.Como el hotel está céntrico, nos guardaron las maletas y fuimos a conocer la capital a pie. Cambiamos euros a dinares en una de las tiendecitas de exchange (a 60 dinares por euro) y llegamos a a plaza del gigantesco Alejandro Magno, sonaba música clásica al ritmo del agua de la fuente, muy curiosa. En frente, al cruzar un puente está la estatua de su padre Filipo. En otro puente empiezas a flipar con las estatuas.. se les fue algo la mano, estatuas de maestros, poetas, pedagogos, sacerdotes... muchas, muchas estatuas, también a lo largo del río. Entramos en alguna iglesia ortodoxa mezquita (llevar ropa para cubrirse o no entras), paseamos por el barrio turco, por algunas zonas hay niños mendigando de muy corta edad, harapientos, sucios que dan mucha pena...

Fuimos a casa de Tina, la novia y nos dieron un licor, radkia, que comimos con higos dulces guindas, empanada... encantadora esta gente, hospitalaria, amable.. nos pidieorn tener precaución en la carrtera, que conducen mal, y cuidado con esta o aquella nacionalidad..¡Qué extraño! Al marchar nos obsequiaron con dulces caseros para el viaje.
Tomamos un taxi y recogimos el coche de alquiler en Hertz. Con el GPS en el móvil en 15 minutos llegamos a nuestro destino, el cañón de Makta, un río entre montañas con un sendero larguísimo junto a sus aguas para caminar por horas.

Nos alojamos en el Canyon Matka Hotel, 40 euros con desayuno, Precioso hotelito de madera en medio de la naturaleza encajonado entre la ladera de la montaña y el lago. Junto a él hay una ermita ortodoxa del siglo XIV pequeñita, con el interior pintada con frescos policromados a saber de qué siglos, una joya. Hasta allí, solo se puede llegar a pie. Así que nos enviaron un hombre con un carro para llevarnos las maletas desde el parking. Nos instalaron en una habitación abuhardillada con vistas al lago y nos fuimos a caminar por el sendero excavado en una de las orillas. Barcas y kayaks pueden alquilarse también.  Pero eso lo dejamos para el día siguiente, con menos turistas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario