domingo, 30 de noviembre de 2014

10 millones de murciélagos

Preparados para ver los murciélagos
 Otra vez nos ha dado la ventolera. Hemos cogido el coche, la tienda y con dos bidones extras de gasolina hemos recorrido 600 kms para ver murciélagos.
Ahora, entre noviembre y diciembre todos los años tiene lugar la  mayor migración de mamíferos del mundo. Vienen del centro de África a Zambia, al parque de Kasanka. Son una variedad enorme de bicho (murciélago zorro) que come fruta... y resulta que por esa zona hay toneladas de una fruta llamada musuko que les recchifla. Por el camino nosotros compramos 3 kilos a los niños vendedores al lado de la carretera... dulcísima.
Atardecer, los murciélagos se despiertan y se van a papear toda la noche

En nuestro insaka
Tras conducir 8 horas llegamos al Parque, pagamos las tasas de entrada, 66 Kwachas, unos 10 dólares por cabeza si eres guiri. Llegamos a la zona de acampada y plantamos la tienda en nuestro insaka. Menos mal que habíamos reservado por internet porque el parque estaba lleno. Gente de Noruega, USA, Francia... con unas cámaras de fotos de un metro de largo y revestida de camuflaje..Guau! Vienen de todo el mundo a ver a los BATS, sí que tienen tirón.
Total que todos los días los murciélagos salen sobre las 6 de la tarde del bosque dentro del parque donde duermen. Son millones, pero en 20 minutos ya no queda ni uno. se van por ahí, fuera del parque a las zonas de bosque con frutas
También hicimos safaris por el día. Sitatunga
de los alrededores. Comen toda la noche y antes de que salga el sol vuelven a Kasanka a su mismo lugar. Y lo mismo, con el crepúsculo aparece el primero que regresa, luego le siguen más y más... los 10 millones pero para cuando el sol asoma por el horizonte ya están todos escondidos y durmiendo boca abajo.
Lo sé porque el segundo día pusimos la alarma y a las 3 de la mañana nos levantamos para ir a verlos a su zona, que está alejada para que nadie les moleste. Era de noche total, me calenté un café en los rescoldos de la hoguera y nos fuimos a verlos envueltos en un edredón.. y sí llegamos a verlos regresar... creo que faltaba uno porque conté 9,999.999, jajaja

sábado, 15 de noviembre de 2014

Dar es Salaam

Para terminar la semana pasamos la última noche en Dar es Salaam. Yo creía que era la capital de Tanzania pero no lo es, aunque sí es la más poblada con más de cuatro millones de habitantes.
Triciclos-taxi conducidos por discapacitados
Para variar cogimos el ferry rápido desde Zánzibar. Cuando se bajaron todos los vendedores ambulantes (vendían dátiles, samusas, alfombras, pareos...) el barco salió del puerto. Viajamos en 1ª clase, o sea que no íbamos al aire libre sino en bien protegidos del calor y del viento. Nos pusieron dos películas de Charlot y casi morimos congelados por el aire acondicionado.
Al llegar a puerto los taxistas te rodean taxi taxi... te siguen y persiguen taxi-taxi.. pero nosotros NO NO. Había cogido un hotel a escasos 5 minutos para aprovechar la tarde. Seguimos el GPS y llegamos... muy bien el Tanzanite Executive Suites.

Fish market
Plaza del cenotafio...vacía
Dejamos maletas y a la calle. Me sorprendió la ciudad, tiene edificios muy altos y ¡¡ACERAS!! Increíble, aceras y parques y calles peatonales... y tiendas que dan a las aceras... entramos en una pastelería, parecía Europa... salvando las distancias, claro. Muchas mezquitas, rotondas con estatuas variadas y un paseo frente al mar de kms.
Visitamos el mercado de pescado y sus restaurantes aledaños. Vimos las casas antiguas que están por toda la parte vieja cada una con su nombre propio y sus fechas de construcción en las fachadas.
Tiene cierto sabor colonial todo el centro.

Estuvimos allí poco tiempo, la verdad... y además era domingo, así que supongo que tendremos que volver para poder hacernos una idea más acertada de lo que es la ciudad... porque, digo yo  como veis en la foto ¿dónde estaban los cuatro millones y medio de habitantes?

martes, 11 de noviembre de 2014

Playas de Zanzíbar

Poblado de Nungwi
Después de visitar Stonetown cogimos un taxi para ir a Nungwi. Apalabramos 50 dólares, fuimos a sacar el permiso de circulación por la isla, paramos a echar gasolina y por fin nos encaminamos al norte. Todo la ruta está llena de casas, palmeras y plantaciones de plátanos, cocos, casaba, piñas... ah y gente, gente en bici, en carro de vacas, a pie, durmiendo, gente por doquier. Nos cayeron tres tormentas tropicales en la hora y algo que duro el trayecto.
También tres controles de policía.
Por fin llegamos a Nungwi, casas hechas de bloques y techos de latón, colegio sin ventanas ni pupitres, un callejón desolador y al abrirse el portón.... otro mundo. Piscina con tumbonas, vegetación tropical con flores multicolores, restaurante sobre la playa blanquísima, cóctel de bienvenida...era nuestro hotel, el Langilangi. Eramos los únicos españoles entre un mar de alemanes y algún británico. Como se ve quién maneja ahora la pasta...
Allí hemos descansado como reyes. Nuestra única preocupación era si escoger esta o aquella comida, si ocupar esta o aquella hamaca, si bañarnos en el mar o en la piscina... uff.. qué relax! qué despreocupación! qué buena vida!.. excepto los mosquitos y el ponerte rojo, claro.
Jardin ecuatorial desde nuestra terraza.
Vivíamos pendientes del sol y, por supuesto, de las mareas. Cuando hay marea baja el arrecife de coral queda en algunos lugares a la intemperie y ves los peces ahí al alcance de la mano. Nosotros aprovechábamos para bucear por libre. Nos estábamos hasta que la piel se nos arrugaba y temblábamos de frío, y eso que el agua está caliente. Sin embargo los

Pez con púas
lugareños se están horas, salen en tropel a coger pulpos, langostas, caracolillos, peces variados, sobre todo niños y mujeres. Los hombres trabajan por la noche en los barcos.
Con la marea alta te bañas junto al hotel, el agua alcanza los últimos peldaños de la escalera que da a la playa, vamos que casi no hay playa. Hay un tipo de pececillo que va en bandadas y de repente saltan sobre el agua todos a la vez. Varias veces me rodearon y hasta cogí un pez con la mano, jejeje.
Pescadores en un Dhow
Masai
Por la noche salen los
cangrejos y los masais. Los masais patrullan las playas, les hay también de día pero más de noche. Van con su ropaje tradicional, su cuchillo y su vara, con el pelo largo y adornos, pulseras, tobilleras... les pagan los hoteles para que vigilen y de paso venden algunas artesanías hechas por ellos. Los cangrejos son graciosísimos. Cada uno vive en su agujero de la playa que reconstruyen continuamente porque las mareas los deshacen. Al volver a hacer los agujeros sacan la arena con sus pinzas y la dejan lejos como para despistar, formando una montaña... Cuando paseamos cerca, se meten corriendo en su casa pero si te estás quieto unos minutos salen y siguen con su tarea.pasando de ti.
Inma con estrella
Lw con Paco
La verdad es que no hicimos nada especial en toda la semana... Ah, sí, visitamos un centro de recuperación de tortugas marinas, Nos acercamos andando por la playa, sin estresarnos. Pagas (solo los guiris) 5 dólares y te dan algas para alimentarlas... chulísimo. Una chica alemana voluntaria, en su gapyear, nos explicó la vida tortuguil. Las tocamos el caparazón y la testud... me acordé de mi tortuga Kongoi.. sniff.
Y nada más, No llovío ni un día. Paseamos por la playa. Cogimos algunas conchas (hay mogollón) de la playa. Cenamos en la playa. Nos dieron la trisca en la playa; compra este pareo de masai, comeos este pescado de roca, fúmate un porro de maria, rastaman... lo típico,

Lw esperando a que baje la marea. Foto desde el hotel

lunes, 10 de noviembre de 2014

Stonetown (Zanzíbar)

Ahhhh...playas de arenas blancas y mar azul  turquesa... hemos estado en Zanzíbar. Por fin he conocido el Índico, tan calentito, tan lleno de vida, con sus corales y peces de colores.
Salimos de Lusaka con Fastjet en el avión de las 10.00 y en dos horas, ya estábamos en Dar Es Salam, Tanzania. En el mismo aeropuerto sacamos los visados (50$ y foto) y salimos al exterior. Cambiamos 200 dólares a shillings, que no huebiera hecho falta... y fuimos al mostrador de Coastal Aviation y un autobusito nos llevó gratis al viejo aeropuerto, desde donde a las 3.30 salía nuestra avioneta a la isla. Todo estaba ya reservado por internet. Todo perfecto.
Puerta de Stonetown
Superroom en el Swahili house
Eramos cuatro pasajeros así que salimos, antes de la hora. Mar azul, islitas, un faro cuadrado, goletas... A las 3.45 aterrizábamos mientras nos caía una lluvia torrencial... mal rollito... Pero cuando salimos de la avioneta ya no llovía. Otro autobusito y otro aeropuerto. Nos registramos de nuevo y por fin en la isla. Uff, aún faltaba llegar al hotel de Stonetown... vaya periplo... Taxi, 15 $.. ¡vale! 
La ciudad llena de gente con ropas árabes, muchas mezquitas, calles estrechas,,, tan estrechas que el taxista de repente aparcó, sacó las maletas y continuamos a pie. Por fin, ante nosotros se alzaba la Swahili House, en el corazón de la ciudad vieja de Stonetown, patrimonio de la Humanidad.

El hotel era un antiguo palacio de un comerciante indio del siglo XVIII. Tenía cinco plantas, con techos de cinco metros, un patio interior y el restaurante en la azotea con unas vistas espectaculares. Nuestra cama medía 4 metros cuadrados con la mosquitera más grande que nunca haya visto...
Stonetown es muy curioso. Es una mezcla de África, Arabia y la India. Hay palacios antiguos cuyo interior está totalmente abandonado; puertas bellísimamente esculpidas con motivos florales árabes que esconden casas llenas de miseria...
Fuimos al mercado de las especias, donde se venden las sudodichas y además frutas tropicales a triscaporrillo. La gente básicamente es de religión musulmana, así que visten con las túnicas  y abundan las madrasas y mezquitas que llaman a la oración tres veces al día y dos ya de noche. Jejeje, comentario: "Desde que ha sonado esa sirena ya no se oye tanto ruido en la calle, ¿qué habrá pasado?" Esa sirena era una de las llamadas a la oración.
Atardecer en Stonetown
A veces los vendedores te dan demasiado la trisca que si te llevo allí o acá, que si me compras esto... Se habla swahili y algo de inglés. Bebimos caña de azúcar, comimos langosta de roca y sudamos mucho, hace un calor húmedo muy pegajoso en esta época del año. Los chavales juegan al fútbol en la playa y se tiran desde el muelle de cabeza al atardecer... muy bella, por cierto, la puesta de sol.

sábado, 1 de noviembre de 2014

¡Silencio!

Se acabó la fiesta y el cachondeo. No hay celebraciones ni conciertos de música, nada de nada. No hubo Halloween anoche en Zambia, se ha "aplazado hasta nuevo aviso" leí por ahí. ¿Cómo se va a plazar halloween? No sé.
Aeropuerto con nultitud que espera al presidente
El presidente de este país murió en Londres el martes 28 de octubre y lo entierran el día 11 de noviembre... eso han dicho¡Dos semanas! pero es menos que el anterior que tardaron en enterrarlo un mes. Dicen que como era la primera vez que un presidente moría, no sabían qué hacer. ahora ya sí. La otra vez suspendieron las clases todo el mes, las tiendas cerraban antes. Ahora parece que es más moderado todo... de hecho solo han declarado 21 días de luto.
Pero desde luego, prohibida la música, las fiestas y cualquier expresión de alegría. Hay cadenas de radio que cierran hasta ese día. Ayer cantos espirituales  y la misa de Londres continuamente en la tele, la gente se paraba a escucharla en las tiendas y rezaban. Hoy traen el cadáver y la gente va al aeropuerto en autobuses a llorarle... y aquí lloran a gritos, es lo puedo asegurar. No sé si ya viene embalsamado pero lo van a llevar a las capitales de provincias para exponerlo al público y ya los últimos días en Lusaka.
Cuando vine en julio, nuestro vecino  acababa de morir y fuimos a la misa (bueno, solo estuvimos una hora y media de misa.) Fue la primera vez que conocí a alguien ya muerto. Resulta que al acabar la misa todo el mundo debe pasar frente al cadáver expuesto... lo filmaron en vídeo como recuerdo. Y ahí estaba yo viendo a un señor muerto en una cola interminable de gente. Algunos sacaron fotos al cadáver...
Funeral católico por nuestro vecino
Aquí los funerales son la leche, Montan carpas en el cementerio (enorme en Lusaka) para no achicharrarse al sol las horas que dura el entierro, y dan comida a la gente que va, claro y les ponen autobuses... y existen las plañideras que se tiran al suelo y todo de dolor. Los días antes del entierro los familiares vienen de lejos y se les acomoda en casa, las mujeres duermen en colchones por toda la casa y los hombres en carpas en el jardín. Comidas, aseos... Recuerdo ir a visitar a los vecinos y en la entrada había un póster de dos metros del difunto con las fechas de nacimiento y muerte... La mujer no pudo salir de casa en 40 días y el día 40 mataron muchos pollos y vino mucha famila, hubo fiestón..., el luto había terminado.