lunes, 10 de noviembre de 2014

Stonetown (Zanzíbar)

Ahhhh...playas de arenas blancas y mar azul  turquesa... hemos estado en Zanzíbar. Por fin he conocido el Índico, tan calentito, tan lleno de vida, con sus corales y peces de colores.
Salimos de Lusaka con Fastjet en el avión de las 10.00 y en dos horas, ya estábamos en Dar Es Salam, Tanzania. En el mismo aeropuerto sacamos los visados (50$ y foto) y salimos al exterior. Cambiamos 200 dólares a shillings, que no huebiera hecho falta... y fuimos al mostrador de Coastal Aviation y un autobusito nos llevó gratis al viejo aeropuerto, desde donde a las 3.30 salía nuestra avioneta a la isla. Todo estaba ya reservado por internet. Todo perfecto.
Puerta de Stonetown
Superroom en el Swahili house
Eramos cuatro pasajeros así que salimos, antes de la hora. Mar azul, islitas, un faro cuadrado, goletas... A las 3.45 aterrizábamos mientras nos caía una lluvia torrencial... mal rollito... Pero cuando salimos de la avioneta ya no llovía. Otro autobusito y otro aeropuerto. Nos registramos de nuevo y por fin en la isla. Uff, aún faltaba llegar al hotel de Stonetown... vaya periplo... Taxi, 15 $.. ¡vale! 
La ciudad llena de gente con ropas árabes, muchas mezquitas, calles estrechas,,, tan estrechas que el taxista de repente aparcó, sacó las maletas y continuamos a pie. Por fin, ante nosotros se alzaba la Swahili House, en el corazón de la ciudad vieja de Stonetown, patrimonio de la Humanidad.

El hotel era un antiguo palacio de un comerciante indio del siglo XVIII. Tenía cinco plantas, con techos de cinco metros, un patio interior y el restaurante en la azotea con unas vistas espectaculares. Nuestra cama medía 4 metros cuadrados con la mosquitera más grande que nunca haya visto...
Stonetown es muy curioso. Es una mezcla de África, Arabia y la India. Hay palacios antiguos cuyo interior está totalmente abandonado; puertas bellísimamente esculpidas con motivos florales árabes que esconden casas llenas de miseria...
Fuimos al mercado de las especias, donde se venden las sudodichas y además frutas tropicales a triscaporrillo. La gente básicamente es de religión musulmana, así que visten con las túnicas  y abundan las madrasas y mezquitas que llaman a la oración tres veces al día y dos ya de noche. Jejeje, comentario: "Desde que ha sonado esa sirena ya no se oye tanto ruido en la calle, ¿qué habrá pasado?" Esa sirena era una de las llamadas a la oración.
Atardecer en Stonetown
A veces los vendedores te dan demasiado la trisca que si te llevo allí o acá, que si me compras esto... Se habla swahili y algo de inglés. Bebimos caña de azúcar, comimos langosta de roca y sudamos mucho, hace un calor húmedo muy pegajoso en esta época del año. Los chavales juegan al fútbol en la playa y se tiran desde el muelle de cabeza al atardecer... muy bella, por cierto, la puesta de sol.

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