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| Cebras |
La noche que pasamos en la isla del Delta del Okavango fue muy fría. Eso sí con una luna llena impresionante. Nuestro guía nos estuvo contando que él recibía 400 pulas por ese trabajo, que era muy poco .. (nosotros pagamos 1800 p.) y esas cosas que suelen contarte por aquí para que les des más propina. La verdad es que todo está regulado, creo que el otro dinero va a la comunidad, o sea al pueblo... él solo trabajaba cuando le llamaban, una vez a la semana en temporada alta...
y el resto del tiempo ¿qué haces?... Nada. Luego descubrimos su bar favorito...
Por la mañana todo estaba mojado (incluidas playeras) y una capa de niebla cubría todo. Tomamos café de hoguera y salimos a pie antes que el sol para ver animales, sobre las 5.30 am.
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| Puente improvisado |
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| Búfalo |
Caminamos más de cuatro horas y mereció la pena. Todo olía a una planta aromática (¿salvia?) que está por todos lados. Vimos cebras, ñus, facoqueros, antílopes... y muchas pisadas de diferentes animales, pero nosotros seguíamos las de los elefantes.. sus cagadas también indicaban el camino a seguir. Saltamos charcas, parábamos a descansar justo cuando el guía quería mear, nos empapamos hasta la rodilla de la humedad de las plantas... pero todo fue chulísimo.
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| Pies de Inma |
Volvimos al campamento base. Fui darme un bañito entre los nenúfares (aunque el fondo es muy pantanoso) y justo cuando estaba en el agua un rebaño de vacas sin pastor decidió cruzar por allí. Cogí el remo del mokoro y
Vacaaaaaas, furera, vacaaas. Y los animales me rodearon, pensando
qué hace esta muzungu en nuestro camino habitual hasta que cruzaron a la otra orilla. Triste estampa, pero nadie me vio.
Baas volvió de reparar su mokoro. Cogió la raíz de una lily (nenúfar) y nos enseñó cómo comerla. Por cierto, hay daylily y nightlily, una se abre de día y la otra de noche.
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| Lw y el guía con cervecitas Black Label en el bar |
Recogimos todo, le dimos 150 pulas de propina y vuelta en mokoro a tierra firme. ¡Cómo corría el tío! Intentaba llegar el primero a tierra.. Le eché otra bronca..
tenemos que ser los últimos. yo solo quería disfrutar de esos momentos, navegando por esas aguas dulces del Okaango, que suena todo a documental de la 2.. Nos unimos a otros turistas que volvían a puerto también.
Y sí, llegamos los últimos. Le invitamos a una cerveza en el mejor bar del poblado.. y él feliz como una perdiz.
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