Ayer fui a ver una obra de teatro contemporáneo aquí en Santander con Carlos y Bego. La entrada era gratis con invitación y fue.....¡Un verdadero tostón!
El primer minuto prometía, con música de Barry White y un actor bailando por el escenario... qué digo un actor, EL actor, que no había más. Después, paró la música y se se metió unos cubitos de hielo en la boca, el ruido machacándolos inundó la sala... ¡Qué molón!... pero ¡ya está! Esto, que duró un par de minutos, fue lo más llamativo. Y empezó el monólogo....
"Esto es la introducción, voy a escuchar con atención para no perderme luego" pensé, ingenuamente.
Cinco minutos y la sala en silencio. El hombre, vestido de traje, hablaba y hablaba, que si fue a una fiesta, que si se suicidó una tal Johana... erre que erre, una y otra vez. No me lo podía creer... Me recordaba los teletubies, esos muñequitos para niños de 3 o 4 años que te repiten constantemente las cosas en la TV.... y dale, el pesado con la fiesta y el suicidio... Ya sé, nos están agotando la paciencia para luego, TA CHAN, sorprendernos con algo maravilloso.
Pero nada, seguían pasando los minutos y la matraca seguía igual... Sin embargo la gente le seguía atenta.... "Soy yo, la falta de costumbre, no sé captar el sentido último del teatro." Desconecté, miré al techo, la nuca del de delante, me mordí las uñas... empezaba a impacientarme "Ahora ¿qué hago?" Quedaba hora y cuarto de obra. Estaba rodeada de gente callada y a oscuras"... en eso Bego se repantingó en la butaca con un UFF, ¡qué alegría! No estaba sola... Primeros comentarios ¡Vaya trullo!
Aún seguimos esperando el golpe de efecto otros 20 minutos. Mientras, yo jugué al comecocos en mi móvil, con una demo... hasta que Carlos me llamó la atención porque brillaba mucho la luz... al poco me pidió que también le dejara jugar a él. Los de atrás debían de estar hartos de nosotros... había que largarse. En eso oímos gente saliendo.. Les había más impacientes que nosotros, ¡Bien!
De repente el actor se calló. Movió un sofá con orejeras, descorchó dos botellas de champán y dos tubos de serpentinas de los chinos ¡Paff, paff! y se deslizó entre botellas vacías de champán... todo muy visual y muy sonoro.. pero se fini... Volvió al monólogo... solo fue un receso, una tregua a nuestra mente. Discretamente, o sea levantando a toda la fila, salimos por la puerta y ya fuera nos miramos con cara de incredulidad. Otras cinco o seis personas que ya habían huido antes, se ponían los abrigos y con ellas tuvimos una bonita tertulia para poner verde la representación, bueno, los 50 minutos que habíamos soportado, quiero decir: infumable, insufrible, tomadura de pelo...
Nos fuimos a hacer algo más interesante y aprovechar el tiempo.... charlar en un bar cercano.
pues vaya! será como la uva pocha que te toca en el racimo... jeje q poeta
ResponderEliminarPues ya sabes,a veces te toca, pero bueno....que todos los males sean estos... otras he visto que me han pegado a la butaca.Muacs.
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