martes, 6 de diciembre de 2011

SAN NICOLÁS

   Se me olvidadaba decir que hoy es el santo (eso tan español de celebrar) de mi hijo Nico. O sea que, evidentemente, es San Nicolás. Hoy hace muchos, pero muchos años nació mi abuelo a quien nunca llegué a conocer. Se llamó así por ser el santo del día, con la simplicidad de las cosas de antes.
Tuvo mala suerte y un día el viento sur, ese que a veces llegan a nuestra ciudad, le arrancó la boina y se la llevó volando. El hombre, al correr tras ella, no vio el tranvía que se aproximaba y lo arrollló. Lo dejó muerto en el acto. Tenía 29 años y dos hijos.
Mi padre, a la sazón un chiquillo de tres años de edad, permaneció semanas en el balcón de casa con las piernas colgando entre los barrotes preguntando a todos los que pasaban dónde estaba su padre y cuándo llegaría.
Lo curioso es que él nunca me lo contó. Fue un día por casualidad en la calle, un señor mayor del pueblo, quien me lo dijo: "Se nos partía el alma. Aún puedo verlo allí desde primera hora de la mañana hasta la noche, preguntando a todos,con la carita entre los listones, y nosotros sin saber qué responder"
Siempre nos preguntamos por qué no le pusieron a mi padre "Nicolás", sino el segundo nombre de mi abuelo. Por eso yo en cuanto pude se lo puse a él, a Nico, en recuerdo del abuelo que no conocí.

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