No es que me guste, ¡vamos! que no me gusta nada hacer huelga pero me siento en la obligación moral de secundarla.Y no me gusta por muchas razones.
Para empezar ese día no lo cobramos, nos lo quitan del salario, creo que incluso de la Seguridad Social. Pero si lo pensamos ¿cuántos trabajadores en paro no cobran nada de nada? y no solo un día sino mes tras mes, y sin mucha esperanza de que lo situación cambie.
Para continuar, yo tengo la enorme suerte de disfrutar de mi trabajo, lo paso bien, me río, me enfado y mis alumnos me hacen pensar en muchas cosas.... me hacen pensar en que debo hacer huelga también por ellos. No se merecen un futuro peor que mi pasado, unas condiciones laborales precarias que yo no he tenido y que parece vayan a instalarse para permanecer por mucho tiempo. No me gusta hacer huelga y no trabajar ese día, no podré disfrutar de esos momentos.
En tercer lugar no me gusta la huelga porque provoca desencuentros entre los compañeros de trabajo. Es una situación que siempre sigue un proceso, al principio no se habla de ello, luego se lanzan indirectas porque no sabes bien de qué pie cojean y no quieres herir sensibilidades y mucho menos que haya mal rollo. Pero finalmente, no nos engañemos, aunque no queramos hay que posicionarse: por un lado los que hacen la huelga, por otro los que no la hacen y, lo peor, los del medio los yo la hago pero de brazos caídos, yo la haría pero necesito el dinero, yo la hago pero diré que voy al médico... Al fin y al cabo, es una situación que ninguno hemos buscado, pero sin embargo se nos impone, y en ocasiones puede rompe la convivencia. Afortunadamente, creo que cada vez menos. Supongo que ya casi todos somos capaces de aceptar la pluralidad.
¡En fin! La huelga no me gusta, pero encima soy de las privilegiadas que puede hacerla, sin temor a represalias. Así que debo respaldarla por mí y por todos mis compañeros. Yo no tengo que esperar (de esperanza) con los dedos cruzados que los piquetes hayan puesto silicona para tener la excusa delante del jefe (en ocasiones, otro mandado) y no trabajar ese día. Conozco mucha gente así, demasiada, que tiene miedo, pavor, a perder su empleo, ahora más que nunca con cierta razón. Porque está reforma laboral nos está robando muchos derechos pero lo siguiente que quieren modificar los empresarios, por supuesto unilateralmente, es ni mas ni menos que el mismísimo derecho a la huelga. ¿Será la última de este tipo que nos permitan los Señores hacer?
A mi padre, que padeció huelgas para que sus hijos disfrutaran derechos.


