sábado, 19 de mayo de 2012

Es que no se me pasa

Lo sé, soy una trisca. Últimamente estoy todo el día protesta pa´ rriba, protesta pa´bajo. Es verdad, pero es que mi afán por protestar no se desgasta sino que crece.Y os lo voy a demostrar.
En mis primeras manifas (febrero) sencillamente me dediqué a caminar tranquila entre el grupo de manifestantes.  En las siguientes (marzo) ya grité alguna típica consigna, tipo Mariano, Mariano no llegas a verano y cosas de esas. Luego un día que pasaba frente a un chino me compré un pack de dos silbatos por 0. 90 euros, que del uso en las posteriores protestas (ya mayo, que en abril hubo vacaciones) ya se me han quedado pequeños. Pero es que en la última concentración llevé una cacerola (eso sí, esmaltada y monísima) y una cuchara de madera, para no rayarla... y destrocé la cuchara. De tanto golpe, las astillas salían volando y temí por los ojos de mis compañeros. Así que ahora estoy pensando en comprarme una vuvuzela (he buscado cómo escribirlo en la wiki) de esas que se pusieron de moda en el Mundial de Sudáfrica. ¡Chica! lo mismo te valen para elevar a tu equipo hasta el triunfo supremo que para cagarte en toda la parentela de la consejera de turno... ¡qué prácticas! Lo malo es que abultan mucho, el silbato lo bajé en un bolsillo, el cazo en un bolso pero esta bicha... voy a tener que llevarla en una mochila. Porque claro, ya que bajas pues luego te tomas unas cañas y andar con la vuvu de bares, así a la vista de todos... a ver si con la cuarta caña al gracioso de turno le da por dar la nota dentro de algún local.
 En fin, que si seguimos así, acabaré arrastrando  una maleta con ruedas y dentro un kit completo de manifestante de pro: Pasamomtañas para ir de incognito si procede, abanico y crema solar pa`l calor, zapatillas pa´si hay problemas salir vola´o, pancarta plastificada de QUE NO, QUE NO, QUE NO NOS REPRESENTAN...
Y aún así creo que no me va a caber todo... que  le tengo echa´o el ojo a un megáfono...

3 comentarios:

  1. Pobre cuchara... ya sabía yo, cuando la ví, que la pobre no iba a aguantar.

    Me parece que al paso que vamos todos tendremos que hacernos manifestantes profesionales.

    ResponderEliminar
  2. Es verdad, la ira va incrementándose de forma directamente proporcional a los útiles que usamos para protestar. A mí me da mucha pena pensar en los pasamontañas, por aquello de que son usados por algunos grupos violentos e intolerantes. Espero profundamente que estos políticos caraduras y terroristas no nos obliguen a utilizarlos y que las cucharas y las cacerolas no se conviertan en armas. Afortunadamente para los políticos, es éste un país no muy protestón y algo sumiso, en general. Así nos va.

    ResponderEliminar
  3. Hombre, debo aclarar que la cuchara ya estaba muy usada.. no sé la de latas de tomate que había rebañado... en fin, que no se merecía un final tan violento ¡Sniff! Pero tampoco nosotros ¿no?
    Que yo ya me veía instalada en mis casitas, viendo la vida pasar tranquilamente y... toma.. la de caña que nos están dando para jodernos las casitas, la tranquilidad y la vida. Si es que...no puedoooo

    ResponderEliminar