Malarone es lo último que están recetando para prevenir la malaria. Es carísimo, unos 55 euros del ala y sin receta no te la dan, aunque si vas a Sanidad Exterior sale más barato.
Hace años, las primeras veces que viajamos a África, nos receteban Lariam (que casi son las letras de "malaria" pero en desorden)
Recuerdo esas pastillas como bombas de relojería. En las cataratas Victoria nos frieron los mosquitos. No sé por donde entraban porque teníamos mosquiteras en las cabañas, pero nos dejaron la cara como castañas pilongas. Creo que les atrajo el Autam que llevamos de España. Y gracias al Lariam no pillamos ni un catarro, porque estoy segura de que alguna de aquellas mosquitas (lo transmiten las hembras) era portadora del maldito parásito Plasmodium. Por cierto ¡qué listos son los mosquitos africanos! oye, que no pillas ni a uno, se ve que están acostumbrados a sortear colas de león y trompas de elefente. ¿Y los monos? nos robaron la fruta hasta de dentro del coche...
Pues sí, aunque a nosotros los Lariam (que era una pastilla a la semana) nos vinieron de perlas, a unos amigos españoles les produjeron, digamos, alteración en su comportamiento habitual... si se puede llamar así a entrar con un cuchillo abrecartas en mano, en la habitación de tu pareja diciendo "debo clavártelo, debo liberarte." La que se armó esa noche, todos nos despertamos y corrimos a la habitación-casita de los alucinados. Era muy tarde porque a él, pintor de profesión, le había venido la inspiración que flota en la sabana y oye, pues allí le dejamos, en el insaka (salón abierto) pinta que te pinta toda la noche.
Esta pareja había pasado unos días atrás en otra casita más aislada en la sabana, eso sí, preciosa, rodeada de acacias y pajarillos. Pero tuvieron que darles una habitación en el lodge (establecimiento, o algo así) principal porque por la noche veían arañas, tarántulas, gekos y todo tipo de reptiles alrededor de su cama...pero los veían los dos ¡él y ella! y decían que al abrir la puerta les esperaban animales salvajes como rinocerontes al otro lado de la valla ¡Qué pedrada! ¡lo decían convencidos!
Tras el episodio del cuchillo abrecartas, decidieron llamar a un doctor de la zona, ya que el médico inglés que se alojaba en el lodge no daba con el problema. Y el doctor zambiano dio en el clavo
- Are you taking Lariam?
- ¿Qué dice del Lariam?
-¿Que si tomáis Lariam?
- Sí
-Yes
-Aha!
Y de esta conversación a tres bandas podemos deducir: primero, que hay que estudiar inglés para viajar por el mundo si no quieres contar tus intimidades a too quisqui; y segundo, que el Lariam produce alucinaciones en sujetos que tienen ciertas características especiales, como una psique muy creativa o yo-que-sé, ya que la lista de contraindicaciones es más larga que un mes sin pan.
Total que dejaron de recetar el Lariam... ya os contaré que nos pasa con el Malarone.
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